Desde hace años se sabe que el Homo antecessor, una especie
homínida que vivió hace unos 800.000 años en Atapuerca (Burgos), practicaba el
canibalismo, pero hasta ahora se desconocía por qué lo hacía.
Un estudio publicado sugiere que el infanticidio y el
canibalismo se practicaron por la defensa y ampliación de un territorio rico en
recursos, una conducta que se observa actualmente en los chimpancés.
Para llegar a estas conclusiones, un equipo de investigación
liderado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social)
ha comparado el canibalismo practicado por chimpancés, los humanos modernos y
casos arqueológicos con las evidencias yacimiento de Atapuerca para "explorar
las posibles causas que motivaron esta conducta.
Los homínidos consumidos eran sobre todo individuos
inmaduros, entre los que se encuentran varios niños. La 'caza' se podría haber
producido en un intento de proteger el territorio de grupos de vecinos o de
nuevos grupos entrantes en la misma zona. "En el momento del asalto, los
atacados probablemente pudieron ser pocos individuos, incluidos niños y adolescentes,
acompañados de machos y hembras adultos". Según los investigadores, el
canibalismo se realizó entre sociedades productivas, estructuradas y
jerárquicas, y con cargas simbólicas muy complejas, que poseían mitos en las
que el canibalismo se incluía dentro de su concepción del mundo.
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