La
muerte más extraña del siglo XX, la de Alfred Wegener:
En la primavera de 1931, en
el norte de Groenlandia, más allá del Círculo Polar Ártico, aparecía el cadáver
congelado de un hombre. Meses atrás, el uno de noviembre de 1930, el día que
cumplía cincuenta años, ese hombre había abandonado el campamento establecido
por su expedición científica en el interior de la isla. Ante la carencia de
provisiones, pretendía recorrer cuatrocientos kilómetros camino de la costa
para llegar al campamento base. Era su tercera expedición a Groenlandia y la
última vez que fue visto con vida. El cadáver era el de Alfred Wegener.
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